
"En Panamá ninguna empresa italiana está construyendo ni una cárcel", dijo brevemente el mandatario en su cuenta de la red social Twitter.
Por su parte, el secretario de Estado de Comunicación panameño, Luis Eduardo Camacho, aseguró a la AFP que "este es un asunto de los italianos que concierne a los italianos".
Las escuetas declaraciones se producen después de la detención este lunes en Italia del ex director del diario Avanti y empresario Valter Lavitola, acusado de corrupción y soborno al exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi y a Martinelli.
Según fuentes judiciales cercanas a las investigaciones, Lavitola es acusado de haberse presentado como "intermediario" de Martinelli y de las autoridades panameñas para realizar "negociaciones ilícitas", entre ellas por la construcción de cuatro cárceles.
De acuerdo a estas fuentes, Lavitola y sus socios panameños, entre ellos Francisco Martinelli, primo del presidente, han sido acusados de obtener del gobierno panameño la licitación para las cárceles, tras prometer 28 millones de dólares y un helicóptero valorado en ocho millones al presidente.
En la lista de beneficiarios de sobornos figuran, además del presidente Martinelli, la exministra de Gobierno y actual alcaldesa de Panamá Roxana Méndez, según la fiscalía italiana.
En su twitter, Martinelli no se refiere a acusaciones específicas de la fiscalía acerca de que parte del dinero le fue "entregado en un maletín", en dos envíos por 530.000 euros y 140.000 euros.